Pirmin Spiegel sobre el conflicto israelí-palestino
Los conceptos de «interrupción» y «autoridad de los que sufren» formulados por Johann Baptist Metz, teólogo político, hacen al caso. Los acontecimientos del pasado sábado en Oriente Próximo «interrumpen»; oímos hablar de la «autoridad de los que sufren».
Lo que está ocurriendo en Israel desde el sábado marca un punto de inflexión. Estamos siendo testigos de una brutalidad espantosa e inhumana. El ataque de Hamás, que condenamos en los términos más enérgicos posibles, acarrea un sufrimiento indecible a innumerables personas, familias, amigos/as y vecinos/as, mucho más allá de Israel. El terror de Hamás no puede relativizarse. La violencia como reacción a la violencia tampoco contribuye a resolver el conflicto. Los incesantes bombardeos que se suceden desde el sábado como respuesta de los israelíes son una catástrofe más para la población de Gaza.
Para nosotros, para el trabajo de Misereor, esta escalada de violencia supone una herida profunda. Estamos recibiendo numerosos mensajes de miembros de organizaciones socias que han trabajado duramente por el entendimiento, el diálogo y una paz duradera a ambos lados de la Línea Verde, y que ahora temen por sus vidas en búnkeres y sótanos. Estas personas, siempre que pueden, se ponen en contacto con nosotros por correo electrónico para insistir en que, ahora más que nunca, deben y quieren continuar con su trabajo.
Así pues, en este momento no podemos hacer otra cosa que respaldar a nuestros colaboradores/as en Palestina e Israel. En nuestra opinión, enviaríamos una señal equivocada si dejáramos de apoyar con fondos del Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ) a los actores de la sociedad civil que trabajan por la reconciliación y la paz en la región, especialmente en la actual situación de gran necesidad.
Nuestras oraciones, nuestra solidaridad y nuestra empatía se dirigen hoy especialmente a la población civil de Israel y Palestina y a todos aquellos que sufren estos actos de violencia y que, sin embargo, se aferran a la esperanza de una coexistencia pacífica entre israelíes y palestinos.
La directora de una organización judeo-cristiano-musulmana:
«Nos aferramos a la esperanza de que cese la matanza, y de que quizá, entre tanto dolor, comprendamos por fin que la violencia y el poder militar nunca serán la respuesta, nunca traerán la paz, la justicia y la seguridad que todos anhelamos, palestinos e israelíes por igual».
El director de la organización israelí socia de Misereor «Rabbis for human rights»:
«Ya es evidente que la nueva realidad que nos espera no puede ser como la de ayer. La gran pregunta es si nos dejaremos llevar por estos conceptos fracasados, que tantas veces han demostrado ser perjudiciales, o si daremos un giro para tomar un camino fundamentalmente diferente, un camino que garantice no solo nuestra paz sino también la suya, nuestro futuro junto al suyo, nuestra dignidad junto a la suya».
Nuestra organización socia «Breaking the Silence»:
Hay algunas cosas que deben quedar muy claras: Hamás ha cometido crímenes que deberían horrorizar a cualquier ser humano decente. Como personas que criticamos duramente a diario las políticas israelíes en Gaza y Cisjordania, es nuestro deber moral llamar a las cosas por su nombre: este fin de semana, Hamás ha violado flagrantemente las normas morales básicas de la humanidad.